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¿Sabías que es la Anoxia y la Asfixia en Espacios Confinados?

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No se deben confundir los términos anoxia y asfixia. El primero se refiere a la falta de
oxígeno en un lugar (puede referirse incluso a los tejidos vivos) y la segunda nos indica la suspensión de las funciones vitales debido a la falta de oxígeno en las células sanguíneas del individuo.

La anoxia sería la causa y la asfixia el efecto.
El aire presente en la atmósfera terrestre se compone, salvo leves oscilaciones, tan solo en un 21% de oxígeno (exactamente el 20’94 %). El resto de los elementos que la componen son: el nitrógeno, que con un 78’1% es el mayoritario, un 0’9% de argón y pequeñas cantidades de otros gases como el dióxido de carbono (0’035%) el ozono, etc.

Si esta cantidad de oxígeno desciende, el organismo se resiente y no funcionará
adecuadamente. A medida que desciende la cantidad de oxígeno respirada por un
individuo, los efectos de esta anoxia son cada vez más graves, llegando en casos
extremos, a la muerte del trabajador. Podemos ver en una tabla como afecta al ser humano la disminución del porcentaje (y, por lo tanto, de la cantidad absoluta, en unas condiciones estables de presión atmosférica/altura) de oxígeno respirado.

Uno de los grandes problemas cuando aparecen niveles de oxígeno bajos es que las
señales de aviso no son fáciles de reconocer. Es necesaria una gran experiencia para
saber identificar rápidamente la falta de oxígeno en el aire.

La mayoría de los trabajadores no serán capaces de reconocer esta situación, hasta que sea demasiado tarde y no puedan salir de la zona peligrosa donde se encuentran por sus propios medios. Si además los niveles de O2 son muy bajos, el operario no tendrá siquiera tiempo de analizar su situación, pues, perderá el conocimiento en breves segundos. Habrá que tener en cuenta que la cantidad absoluta de oxígeno presente en la atmósfera, depende también de la presión atmosférica y que esta disminuye con la altura. En los lugares de trabajo situados a gran altura, los efectos de la disminución en la concentración de oxígeno en el aire, se apreciarán antes que a nivel del mar. Se define como atmósfera sobre oxigenada, toda aquella en la que la concentración de oxígeno iguala o supera el 23%. Pese a que en los detectores de gases, esta medida se ve emparejada con la de bajo nivel de oxígeno, en este tipo de atmósferas el peligro no se debe a sus efectos sobre el proceso respiratorio de los trabajadores, sino al riesgo de incendio y explosión que generan. Este tipo de atmósferas serán tenidas en cuenta en el consiguiente apartado dedicado a los riesgos de incendio y explosión.

La disminución del nivel de oxígeno en la atmósfera, puede deberse a dos causas
diferentes; el consumo del oxígeno existente, o bien su desplazamiento por otros gases hasta alcanzar niveles peligrosos para los ocupantes del recinto.
Puede darse una disminución debida al consumo del oxígeno existente en el espacio
confinado por las siguientes causas:

  • Descomposiciones y fermentaciones aeróbicas de materia orgánica presente en
    el interior (purines, residuos vegetales en fosos, fangos orgánicos,
    fermentaciones alcohólicas en tinas de vino, silos de cereales…).
  • Trabajos en los que se dé la combustión de un producto (soldadura, corte,
    pequeñas fogatas, uso de equipos electrógenos, estufas o iluminación a gas, uso
    de candilejas…).
  • Absorción por parte de productos químicos presentes en el recinto (lechos filtrantes de carbono activo húmedo…).
  • Absorción del oxígeno por el agua.
  • Oxidación de superficies metálicas (interiores de los depósitos).
  • Reacciones químicas de oxidación de productos presentes en el espacio confinado (residuos sin limpiar, vertidos industriales de otras instalaciones, etc.).
  • La respiración de los operarios presentes en recintos de volumen escaso.

También podemos encontrarnos con que el oxígeno ha sido desplazado por la
presencia de otros gases en el recinto confinado. A una temperatura y presión estables, condiciones generalmente presentes en los espacios confinados, la cantidad de moléculas que están presentes en un volumen dado es fija. No “queda sitio” para más moléculas de gas. Si moléculas de un gas nuevo son introducidas en ese volumen, una parte proporcional de la mezcla de gases original (atmósfera) será desplazada fuera.

El desplazamiento del oxígeno puede darse, entre otras, por las siguientes causas:

* Desprendimiento de dióxido de carbono debido a la presencia de aguas
carbonatadas.
* Removido o pisado de lodos, que permitirán aflorar a la superficie bolsas de gas
contenidas en ellos.
* Liberación de conductos obstruidos.
* Empleo de gases inertes (Nitrógeno, Argón, dióxido de carbono, etc.) en el
purgado o limpieza de depósitos para eliminar el peligro de incendio/explosión.

  • Depósitos y almacenes donde, debido al peligro de incendio y/o explosión, se
    mantiene artificialmente una atmósfera baja en O2 (por debajo del 15%). Para
    ello se utiliza el aporte continuo y controlado de nitrógeno como gas inerte.
  • Tanques de almacenamiento de gases inertes.
  • Utilización de equipos que sean fuente de gases (soldadura con arco protegido).
  • Liberación de gases por parte de otras instalaciones en contacto con el espacio
    confinado (vertidos industriales, recintos comunicados con conducciones de gas,
    gases de escape de un motor cercano a una entrada, etc.).
  • Desprendimiento de dióxido de carbono y/o ácido sulfhídrico debido a
    descomposiciones y fermentaciones aeróbicas de materia orgánica presente en
    el interior o en instalaciones comunicadas con el recinto confinado (purines,
    residuos vegetales en fosos, fangos orgánicos, fermentaciones alcohólicas en
    tinas de vino, silos de cereales…).
  • Desprendimiento de metano debido a la fermentación anaeróbica de materia
    orgánica presente en el espacio (fosas sépticas, redes de alcantarillado,
    digestores de depuración de aguas residuales, etc.).
  • Desprendimiento por calentamiento, de productos contenidos en las paredes
    porosas de algunos espacios confinados (Zanjas, silos de hormigón…).
  • Vertidos de sustancias muy volátiles por parte de otras instalaciones en contacto
    con el recinto confinado, que al evaporarse generarán gases (hidrocarburos,
    disolventes…)
  • Utilización de nitrógeno líquido como refrigerante.

El riesgo de asfixia por falta de oxígeno, puede presentarse en espacios confinados
como son los descritos en los puntos anteriores. Como se ha indicado, una de las principales causas de desplazamiento del oxígeno en un recinto confinado es la utilización de los denominados gases inertes. Un gas inerte es un gas que a presiones y temperaturas de utilización no reacciona con otros materiales. Se consideran como tales los gases nobles, helio, neón, argón, criptón y xenón, el nitrógeno, el dióxido de carbono (o anhídrido carbónico) y diferentes mezclas de algunos de ellos. No se consideran como tales los gases que, pese a serlo en condiciones de presión y temperatura normales, pueden dar diferentes tipos de reacciones cuando varían estas condiciones, pudiendo generar incluso gases tóxicos en algunas ocasiones.
Hay que reseñar que pese a la denominación como “gases inertes”, algo que lleva
muchas veces a considerarlos como gases “sin riesgo”, pueden ser el origen, tal y como hemos visto, de un descenso en el porcentaje de oxígeno de la atmósfera circundante y, por tanto, estar generando un grave peligro, que muchas veces no es tenido en cuenta. En uno de los anexos se detallarán las características principales de los gases inertes utilizados en industria.

Se entiende, por equivalencia líquido/gas, los litros de gas que produce la vaporización de un litro de gas licuado. Cuanto mayor sea este parámetro, más peligroso resultará ese elemento por desplazar un mayor volumen de la atmósfera existente. Muchos de estos gases son más pesados que el aire, por lo que habrá que considerar la posibilidad de que se encuentren acumulados en zonas bajas donde la ventilación no llega directamente, generando bolsas donde el nivel de oxígeno no alcanza los niveles adecuados, a pesar de existir ventilación en el espacio confinado. Habrá que analizar con especial cuidado algunos espacios “abiertos” (fosos, zanjas…) que, sin embargo, y debido a su conformación, pueden albergar este tipo de bolsas. Pueden ser pasados por alto a la hora de definirlos como espacios confinados y, sin embargo, presentar un riesgo claro de anoxia en su interior.

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